¿Querés saber qué te espera al bajar al comedor del hotel por la mañana? En esta guía te cuento todo sobre los distintos tipos de desayuno. Vamos desde el menos común al más común.
1. Desayuno Inglés: Sabor Clásico y Contundente
Este desayuno tradicional británico es ideal si buscás una comida abundante. Suele incluir bacon, salchichas, morcilla, tomate asado, champiñones, y huevos (habitualmente fritos), acompañados de tostadas y, por supuesto, una taza de té. Es perfecto para quienes quieren empezar el día con mucha energía.
2. Desayuno Americano: Diversidad de Opciones
El desayuno al estilo americano ofrece variedad y cantidad. En general, encontrarás huevos preparados de distintas formas (revueltos, fritos, en omelette), junto con bacon, tostadas, panqueques o waffles. Las bebidas habituales son café, té y jugos naturales, y también suelen incluir frutas frescas y cereales. Es una opción muy completa que puede adaptarse a distintos gustos.
Dato útil: Cuando escuches “desayuno buffet” en un hotel, se refiere al modo de servicio en el que los huéspedes eligen los alimentos y bebidas de una mesa común, en lugar de un menú específico. Los desayunos también pueden ofrecerse «a la carta» o directamente en la habitación, como parte del room service.
3. Desayuno Continental: Versatilidad y Comodidad
El desayuno continental es el más común en hoteles y generalmente incluye café, té, jugo de naranja, pan con mermeladas y algo de bollería (o facturas). También puede haber frutas frescas, cereales y, en algunos casos, queso o yogur. Este desayuno apunta a satisfacer a la mayoría de los huéspedes, con opciones que se adaptan a distintos gustos.
Curiosidades sobre el Desayuno Continental
- ¿Por qué se llama “continental”?
El término surgió en el Reino Unido y se usaba para describir el estilo de desayuno que preferían en Europa continental, especialmente en Francia y los países del Mediterráneo, en contraste con el desayuno de las islas británicas. - Se extendió a Estados Unidos en el siglo XX cuando los hoteles intentaron adaptarse al gusto europeo, ofreciendo una alternativa ligera y atractiva para los viajeros internacionales.
- Es practicidad y rentable por eso es una opción popular entre los hoteles. No requiere mucha preparación y puede servirse fácilmente con un equipo reducido. Además, al incluirlo en el precio de la estadía, el hotel aumenta las probabilidades de que el huésped quiera volver: ¡se estima que el 64% de los viajeros elegirían regresar por un buen desayuno!
Cuál es tu preferido?
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